sábado, 8 de enero de 2011

BELGRANO (LA PELÍCULA)




En la videoteca de Sebastián Pivotto conviven joyas del cine como Amarcord y Dersu Uzala con tanques hollywoodenses como La Guerra de las Galaxias o Indiana Jones. Esa alianza entre la calidad y lo popular es justamente lo que también resalta en la amplia producción televisiva de este hijo pródigo de Pol-ka, fanático del cine de género y de ciclos como Sábados de súper acción o Cine Fantástico.


Pivotto empezó su carrera a los 23 años, en 1994, como asistente de cámara en el piloto y primer año de Poliladron y su inquietud obligó al director Jorge Nisco a convertirlo en asistente de Dirección al poco tiempo. Un año después dirigió la telenovela Carola Casini.

Pero la consagración televisiva llegó con la dirección de Padre Coraje, la exitosa historia que además de ganar el Martín Fierro de Oro como mejor producción televisiva de 2004 se quedó con el mérito de recuperar la telenovela clásica de época contando su amor prohibido en un mundo corrupto. Luego llegaron Botineras, Mujeres asesinas, Vientos de agua, Amas de casa desesperadas, Valientes, la reciente Alguien que me quiera y el debut cinematográfico con el film de acción La Leyenda, en 2008.

A fines de 2009, Sebastián Pivotto fue el hombre en el que Campanella confió para narrar en imágenes la vida para nada fácil de Manuel Belgrano.

Belgrano es la segunda película de Pivotto y cuenta con el protagónico de Pablo Rago con quien ya había trabajado en su ópera prima, La Leyenda. Con Pablo Echarri como San Martín y Valeria Bertuccelli como María Josefa Ezcurra, la historia está centrada en los últimos diez años de vida (1810-1820) del creador de la bandera argentina, una década crucial y revolucionaria para nuestra historia. Esta segunda apuesta –la primera fue Revolución. El Cruce de los Andes– de distintos medios y organismos públicos, con participación de productoras privadas, contó con la supervisión y producción general de Juan José Campanella.

En esta entrevista, Pivotto repasa el proceso de filmación y la vigencia que la figura del prócer mantiene para entender nuestro presente.

–¿Cuáles fueron las particularidades y desafíos que afrontó al realizar una película de reconstrucción histórica?

–Principalmente, hacer el personaje de Belgrano. Había una gran responsabilidad por parte mía y, de todo el equipo, de tratar de ser lo más fiel al espíritu de Belgrano, no tanto a la historia en sí, ya que íbamos a hacer una película casi de ficción pero documental. Nuestro objetivo era encontrar el espíritu que Belgrano transmite o ha transmitido a lo largo de todos estos años. Y tratar de llevarlo a un lugar más humano, reconocido para el espectador de hoy, no esa cosa acartonada o de bronce, donde los héroes del pasado de la historia argentina parecen un derrotero de virtudes sin defectos y que todo lo que hacían era moralmente bueno. Obviamente que hacer una película de época es muy difícil porque demanda mucho tiempo de estudio, de realización, de trabajo, desde el vestuario y decorados hasta un gran cuidado de todo lo que es de época, que no se vea amenazado por nada, por el momento en el que vivimos ahora.

–¿Qué redescubrió de Belgrano como personaje de la historia y de la historia misma de la Argentina a partir de la realización de la película?

–No sé si descubrí algo, ya que yo he estudiado mucha historia, y Belgrano es mi prócer favorito, pero es cierto que hay algo que tenía más en cuenta en mi juventud y que lo tenía un poco relegado, y es darnos cuenta de que la revolución fue hecha por gente muy joven, que eran hombres comunes y corrientes solamente afectados por un momento increíble de la historia, un momento de quiebre, una visagra de la historia argentina. Y descubrir que muchas de las acciones de Belgrano que fueron conflictivas en su momento, podrían volver a ser conflictivas hoy también. Y hay una gran cantidad de hechos o escritos de Belgrano que hoy tienen una gran incidencia o son modernos para la época o todavía hoy minan sus consecuencias.

–¿Qué idea de Belgrano tiene aún hoy vigencia?

–Por ejemplo, las ideas económicas, educativas. Hay un detalle que muy poca gente sabe, la idea revolucionaria, hasta ese momento compartida con otra gente como San Martín o Güemes en el momento del Congreso de Tucumán de 1816, que era nombrar una monarquía Incaica en las Provincias Unidas del Sur. La sola idea de que la Argentina y las provincias que correspondían a esa región fueran gobernadas por un descendiente de Incas, para la época era revolucionario. Y hoy, de alguna manera con la presidencia de Evo Morales, podemos ver algo de eso. Ese volver a los pueblos originarios, ese volver a que los gobiernos sean de la gente originaria de América latina.

La película, con guión de Juan Pablo Domenech y Marcelo Camaño y el asesoramiento histórico de Javier Trimbolli, contó con un presupuesto de un poco más de 4 millones de pesos y la participación de 500 extras. Sobre la realización, Pivotto cuenta: “Estuvimos filmando en Tucumán y en Buenos Aires, Capital y Provincia. Con respecto a la producción, fue muy compleja, teniendo en cuenta que teníamos muy poco tiempo de planificación y de rodaje, pero la verdad es que tuvimos un equipo maravilloso en todas las áreas y ayudó a que pudiéramos realizar en poco tiempo este largometraje”.

Belgrano tuvo un estreno distinto al de alfombra roja: fue presentada en funciones al aire libre y con entrada gratuita en distintos puntos del país –Rosario, Plaza de Mayo, San Miguel de Tucumán, Luján–, que convocaron a más de 20 mil espectadores. Si bien todavía no existe una grilla confirmada de proyecciones, se sabe que podrá verse en Cosquín en enero y en febrero en los Espacios Incaa de todo el país, y que también paseará por La Plata y Vicente López. En la web oficial de la película, www.belgranolapelícula.com.ar, puede consultarse el cronograma, el cual será actualizado con nuevas proyecciones.

Pivotto se muestra entusiasmado por la forma popular y participativa en que su película llegó al público: “Me parece maravilloso; en un momento se habló de estrenarse la película comercialmente y, finalmente, no se hizo. Me parece un acierto que una película que se hizo principalmente para proyectarse en televisión, tenga la posibilidad de proyectarse al aire libre, para todo el mundo que quiera y desee verla. Es una muy buena manera de contribuir a los festejos del Bicentenario. Ofrecer un producto que ojalá ayude a que la gente se preocupe por la historia argentina, por Belgrano. Además, de lo que significó estar rodeado de tanta gente y sentir la tensión y los recibimientos o como la gente se emociona, la verdad que fue muy fuerte”.

–Viniendo de la producción audiovisual comercial, ¿cómo fue esta experiencia de trabajar con medios de gestión pública?

–No vi grandes diferencias, toda la producción fue llevada adelante por 100 Bares Producciones, la productora de Campanella, junto a la ayuda del Canal Encuentro y la Televisión Pública. Lo que sí hubo fue un gran entusiasmo y una gran responsabilidad por parte de todos para que la película estuviese a la altura del personaje que retratábamos, había una gran pasión atrás del proyecto. Lo otro que sentí es una gran libertad. En ese sentido, no hubo discusiones o pelea de egos o problemas que tienen que ver con proyectos televisivos o publicitarios de cualquier índole.

–Con la nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, ¿cree que las productoras y realizadores del país van a tener más oportunidades?

–La Ley está respaldando esto. Ahora, creo que va a ser un proceso lento, sobre todo porque vamos a tener que aprender a convivir con esa Ley y hay que sacarle el mejor provecho posible. Posiblemente haya producciones de mayor o menor calidad con mayores o menores presupuestos, pero sí, la Ley apunta a eso.

–¿Cómo ve el futuro cercano de nuestro país?

–Mi deseo es que nuestro país pueda hacer lo mejor. Lamentablemente, tenemos tanta gente que hace lo peor. No puedo negar que yo estoy en la franja de los que tienen mucha esperanza todavía, pero hay frustrados, decepcionados por todo lo que sucede en la Argentina. Aunque también, de pronto, suceden cosas buenas. Lo puedo sintetizar en una frase: Argentina cuando necesitó un San Martín lo tuvo, y lo tuvo en el momento justo y preciso. Ojalá tuviéramos más Belgranos, si hubiera más Belgranos la Argentina sería un país más grande y maravilloso. Ojalá que nosotros y los gobiernos entendamos que tenemos que llegar a hacer causa común, un bienestar común y ahí veremos. Creo que hoy estamos un poco mejor, pero tenemos mucho camino por recorrer todavía.


7 comentarios:

  1. La película es excelente y conmueve en los escenarios en los que ha sido vista.
    Es una narración justa, apuntando a los hombres y mujeres que no cejan y los entornos adversos, las traiciones, las bajezas como las que en cada etapa han existido y existirán.
    Creo que es muy importante porque es inspiradora y nos hace pensar en nuestros desafíos presentes: se hace con lo que hay, no con escenarios idílicos ni perfectos.

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    1. YO SENTI LOS MISMO CUANDO LAVI DANIELA

      ESPERO QUE SIGA ASI PORQUE JAMAS SE OLVIDA A ALGUIEN TAN GRANDE COMO BELGRANO

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  2. malisima
    esto no ess una pelicula...te dormis
    no es lo que la gente quisiera ver

    muy grosera

    me alegro de q sean tan malos
    mejor barney
    jajajaj

    mala!no hay otRA
    muestra todo lo negativo de belgrano
    belgrano fue mucho mas!
    fue un genio
    en la "pelicula

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  3. La pelicula es excelente! no muestra lo negativo sino que muestra un ser humano, no un heroe de Billiken sino alguien real, con ideales y fundamental para nuestra independencia.

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  4. Hola buscaba por internet departamentos en
    alquiler en belgrano
    cuando vi este blog que hablaba de esta película. La verdad me encanto de las mejores que vi en mi vida. La recomiendo

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  5. lol jaj.jajaja.ajjajajajjajajajajaja..................jaja:):)
    lol ja.ja.ja...ja..ja..

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  6. La idea de hacer un Belgrano más humano y terrenal no es mala, pero el hecho de que los guionistas decidan utilizar una lingüística que roza lo vulgar y mezclando modismos y frases que se usan en la actualidad, no es buena. De entrada, le baja a uno la empatía que puede llegar a tener con una producción argentina. La manera de conformarse excusándose por ser una producción de bajos recursos, no me gusta. Las actuaciones son de malas a peores. La escena entre San Martín y Belgrano hablando de yuyos y tes medicinales y pasándose cremita en la espalda, no solo no es creíble (dos militares de ese rango con un ideal por conquistar hablando de pavadas y haciendo chistes de boliche) es pésima! Se perdieron de lograr una escena memorable y la convirtieron en un chiste. Y el hecho de no profundizar en la biografía de Belgrano,hace que más que humano, lo conviertan en un delirante idealista, con sentimientos contradictorios, que pelea por el pueblo en busca de la igualdad, cuando él y toda su familia era parte de esa clase social que tilda en la primera escena de "los ricos".
    Creo que antes de realizar algo de esta envergadura, lo primero que tienen que hacer es hablar con historiadores (gente que sabe), después, buscar actores que puedan llevar a cabo los papeles que se les asignan y guionistas que se informen de las costumbres de esa época. Y luego pensar qué tipo de película quieren lograr, si algo cómico hecho en un garage o algo que te enorgullezca como argentino

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cholulos