lunes, 14 de noviembre de 2011

VERDADES VERDADERAS





Entrevista a Alejandro Awada y Susú Pecoraro.

Aquel día, Estela amasó fideos, como lo hace siempre para reunir a la familia. Sus manos unieron los ingredientes necesarios hasta lograr su afán: un plato de pasta al dente en salsa casera con estofado, el alimento para ofrecer a cada uno de sus hijos (los biológicos y los sumados) y sus nietos (seguramente los presentes y los buscados). Como suele suceder, hubo sonrisas y aplausos de agradecimiento por la delicia. El encuentro fue en la casa de su hija Claudia y el motivo fue especial. Todos los Carlotto se sentaron alrededor de la mesa para compartir el almuerzo y luego ver Verdades Verdaderas, la película de Nicolás Gil Lavedra que narra la vida de la abuela Estela.

La historia protagonizada por Susú Pecoraro, Alejandro Awada, Laura Novoa, Fernán Mirás e Inés Efrón, que se estrena el 17 de noviembre muestra a una Estela de Carlotto distinta a la que conocemos. El film de tono intimista, refleja el proceso por el que una mujer, directora de una escuela, madre y esposa dedicada que mantiene con amor su nido armado, enfrenta el dolor más profundo al perder a su hija Laura (asesinada por la dictadura en agosto de 1978) y se convierte en la dirigente de Abuelas de Plaza de Mayo que sigue en el día de hoy buscando a su nieto Guido y a los nietos de otras familias que esperan sumar una porción más en la olla de sus almuerzos.

El elenco vio la película minutos antes de dar el reportaje. Se los nota conmovidos. “Adiós final feliz”, murmura con dulzura Susú Pecoraro que se funde en un abrazo con un asistente y luego aclara (a veces no es necesario verbalizar, pero Susú es generosa en sus expresiones) “Estamos todos enamorados en esta película.” Frente a ella se sienta Alejandro Awada que ni bien se acomoda sobre el sillón le toma una mano y la deja ahí en una caricia constante. En la película hacen de Estela y Guido (fallecido en octubre de 2001), el matrimonio Carlotto, el amor fundacional de la lucha de Estela.

–Susú, antes de representarla conociste personalmente a Estela. ¿Qué desafíos aparecieron como actriz?

Susú Pecoraro: –Conociéndola y estando cerca pude trabajar su carácter. Traté de ser fiel a su naturaleza. Estela tiene una naturaleza sostenedora, además de ser una persona que tiene optimismo, que tiene fuerza y es una luchadora, hay aspectos que ella misma descubrió a partir de la experiencia de perder a su hija y salir a buscar a su nieto. Pero antes, desde muy joven, ya era el sostén de su familia siendo maestra, siendo mamá que ayuda a los chicos, mujer que ayuda a su marido en el trabajo y de golpe cuando pasa esta desgracia sigue creciendo, sosteniendo a su marido y a los chicos que se van y además empieza a crecer y no sólo mirando su propio ombligo sino pudiendo salir a hacer el bien a otro.

–Alejandro, ¿cómo fue para vos componer a su marido?

Alejandro Awada: –Estuvimos atentos al vínculo entre ellos. Esta es una familia normal, amorosa, linda. Unos italianos rodeados de mucho amor y que, como consecuencia de una circunstancia histórica, esa mujer se transforma con los años en la Estela de Carlotto que conocemos. Incluso ella, seguramente, no sabía lo valiente que era.

S: –¡No, no lo sabía!, me lo contó Claudia, me dijo: “Mi mamá era re cagona.” Y eso yo lo usé, por eso camino de determinada manera cuando empieza con las rondas en la Plaza de Mayo y digo: “No puedo, no puedo.” Es que al principio Estela tuvo que superar ese miedo…

A: –Es que ser valiente en serio es aceptar el miedo y superarlo ¡Eso es ser valiente!

–Guido Carlotto, ‘el tano’, no fue una persona pública. ¿Desde dónde salió el personaje?

A: –No me senté a hablar con Estela sobre su marido. Salió desde el amor, las sutilezas, lo delicado, lo simple, lo no pretencioso, lo sencillo. Estar presente, vivos, conectados todo el tiempo. El amor implica el respeto, hay un cuidado constante por el otro. Apelé a la intuición, lo imaginé así, un hombre muy amoroso, muy enamorado de su familia y su mujer, muy de estar en, con y para su familia.

S: –Cuando hay un amor de verdad el vínculo es irrompible. Aunque ese hombre sufra diferente a ella, se sigue sosteniendo ese vínculo hasta el final, es el día de hoy que Estela dice: “Él fue el amor de mi vida y todavía me siento cerca de él.”

–En los roles que ambos muestran como padres se ve que a ella la quieren proteger todo el tiempo y que, en cambio, él mantenía complicidad con su hijos.

S: –Sí. Ella dice que no estaba interiorizada en qué hacían los chicos, después se dio cuenta de por qué estaban luchando. Fue a partir del golpe, pero antes no le caía muy bien que estuvieran metidos en política por ignorancia del momento. Ella repite: “Aprendí mucho de mis hijos.” El tano fue cómplice por ser un padre cuidadoso, él prefería saber en qué estaban, dónde estaban, no sólo por lo ideológico, sino para tenerlos cerca.

A: –Hay que tener en cuenta que ellos no sabían que iba a suceder el terror posterior. Si uno imagina que haciendo esto puedo producir aquello, como padre supongo que no lo hubiese permitido. Nadie imaginaba que el terror iba a ser lo que fue.

S: –Estela dice que nunca pensó que pudiera haber gente así. Ellos son una familia de bien, ¿cómo iba a pensar que iban a matarle a su hija?

–Pero aprendió a anteponer la esperanza al dolor.

S: –No sólo es esperanza porque es una idea sino porque cuando vos das el paso y vas al frente, se abren puertas, siempre habrá algo con lo que te encontrás, pero si no das ningún paso, no hay nada. El hecho de ir, enfrentarse a los hechos de la vida siempre es crecimiento. Vos la ves a Estela con una integridad, una fuerza y unas ganas de vivir que por ahí no las tienen otras personas.

A: –Y desde dónde se construye esa integridad, que no es desde algo extraordinario.

S: –Ni desde las ideas sino desde la acción, dar el paso, ir, eso para mí hace que el ser humano se engrandezca.

–¿Por qué creen que la historia de la vida de Estela llega al cine en este momento?

S: –Hay un compromiso y un momento del país hermoso para hacer esta película. Ahora la gente está más flexible, con menos miedos y a pesar de todo lo que tardan estos temas para procesarse, han pasado cosas que nos ayudaron a dar pasos importantes y llegar acá.

A: –Llega en un momento muy bello, porque un sector enorme de la población tiene ganas de vivir en una Argentina mejor y esta película me parece que está al servicio de eso también, de la construcción de una sociedad mejor para todos, tenemos la necesidad de vivir en una sociedad mejor para todos, en una sociedad más noble, más bella, más justa.

–En la película hay una pregunta referida a la Patria. ¿Estamos hoy en un camino de reconciliación con el concepto de Patria?

A: –Es un buen momento para que pensemos la Patria.

S: –Es un buen momento porque también, si bien siempre va a generar controversias y quizás haya un sector mínimo que no la comprenda, es importante el hecho de que se vea cómo era esa familia y cómo sucedieron las cosas. Son personas a las que le sucedió un hecho tan doloroso, injusto y tremendo como que le maten a un hijo y en vez de llenarse de resentimiento, dolor, enfermedad y muerte, ellos salieron. La pregunta es ¿cómo en el cotidiano voy a transformar esto y me voy a poner a hacer? Porque no es una idea, contar la película es contar que no es una idea. ¿Qué tenés que tener? ¿Qué se necesita para que las personas sean mejores y estemos unidas?

A: La verdad, se necesita la vedad.

S: Se necesita verdad, tenacidad esa cosa de levantarse todas las mañanas y dejar la comida para tu marido en un tupper e irse a encontrar con las señoras y al día siguiente repetirlo y eso como no fue una idea, no. Y no salió a decir: “¡Verdad, verdad, verdad!” Lo que se propuso fue mostrar verdad, ser verdad y a partir de ahí construir.


2 comentarios:

  1. Las clases mas grandes del mundo estan en www.estudiarteatro.com.ar Los esperamos

    ResponderEliminar
  2. Mirta Adriana Eguía2 de febrero de 2012, 18:51

    AME VERDADES VERDADERAS. LA VI EL MIERCOLES 18 EN AL GAUMONT.
    ALE AWADA TE AMO!!!!!.
    Mirta Adriana Eguía.

    ResponderEliminar

cholulos