La recomendación de la Presidenta a leer "El Mercader de Venecia para entender los fondos buitres" cayó mal en la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA), el brazo político de la comunidad judía.
"La usura y los chupasangre ya fueron inmortalizados por la mejor literatura hace siglos"
La entidad expresó su preocupación frente a la "connotación profundamente antisemita de dicha obra y su recomendación, que generan justificada inquietud y preocupación en la comunidad judía argentina".
LA ESTUPIDEZ NO TIENE LÍMITES.
El texto fue escrito por William Shakespeare y tuvo varias adaptaciones teatrales y cinematográficas. Su protagonista, Shylock, es prestamista de un mercader, que cae en desgracia. El personaje que recibió el préstamo no puede saldarlo y Shylock le impone condiciones de usura, a punto de exigirle "una libra de tu carne". En el juicio, el usurero (que es judío) termina perdiendo.
Paul Singer, que querella contra el gobierno argentino, es uno de los mayores aportantes a causas relacionadas con la colectividad judía.
No hay peor ciego que el que no quiere ver... do you, William?
La derecha judía aún cree, como a muchos norteamericanos les han inculcado por siglos, que ellos son "el pueblo elegido". Se han considerado víctimas de todos los sufrimientos y responsables absolutamente de ningún tipo de dolor ajeno desde épocas bíblicas y aún antes.
ResponderEliminarDesde el punto de vista del valor y la significación de una vida humana y del respeto y la consideración que debería merecernos a todos y todas, esa concepción EXCLUSIVA debería ser despreciada por inhumana y discriminadora.
Pero, como siempre, es el volumen atronador de las bocinas y la presión de los titulares en letra catástrofe los que distraen la atención, especialmente de los menos informados. Por ese motivo es que hace 70 años que seguimos leyendo, escuchando y viendo producciones acerca de la shoah u holocausto judío producto del odio del nazismo y rara vez tenemos similares oportunidades con respecto al genocidio armenio a manos de Turquía, por ejemplo. O al durísimo dato de que durante la última gran guerra, el pueblo que ofrendó el mayor número de sus hijos fue Rusia, con más de 20 millones de muertos.
Shakespeare sigue representando a una de las cumbres de la literatura mundial de todas las épocas y su elección de un judío para encarnar al prestamista puede ser el fruto de una casualidad o el señalamiento de un arquetipo social de la época que se dedicaba a ese tipo de menesteres, tal como actualmente un tal Singer se constituye en enemigo de todos nosotros por motivos análogos.
Si este moderno usurero es judío, como el miembro de la ilustre familia Rothschild que adquirió al semanario Cherlie Hebdo poco antes del sonado atentado, no es culpa de los argentinos, precisamente. Digamos que se trata de otra desdichada coincidencia.