Secretaria de Prensa
Asociacion Argentina de Actores
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escribió: Fecha: Fri, 28 Dec 2007 17:10:20 -0300
Asunto: BOLETIN 28 DE DICIEMBRE DE 2007: FIN DE AÑO
"Juntos por la Ley del Actor"...
* DERECHO A RÉPLICA
ANTE LA ENTREVISTA
AL PRODUCTOR ADRIÁN SUAR*
Bs.As.27 de diciembre de 2007.-
Sr.Director del Diario Perfil :
Jorge Fontevecchia
c/c Dr.Nelson Castro
S / D.-
Tengo el agrado de dirigirme a Ud. en representación de la Asociación Argentina de Actores , a los efectos de solicitarle que nos conceda el derecho de respuesta o réplica, respecto de la nota publicada en el Diario Perfil de fecha 23 de diciembre de 2007, titulada ""La huelga de actores se politizó".
En este reportaje más allá de las opiniones vertidas por Ud. en algunas preguntas y las consignadas por el Sr.Adrian Suar, que no compartimos, se ha difundido información inexacta y numerosas expresiones del entrevistado que además de ser falsas, en relación a nuestra posición en conflicto, configuran expresiones agraviantes que afectan el honor de nuestros representados , el de los dirigentes de la entidad sindical y se imputan inconductas a propia asociación sindical que le provoca daños y desprestigio ante sus asociados.
Sin perjuicio de no querer anticipar el contenido de nuestra respuesta, le hacemos saber que desde el título de la nota se distorsiona la realidad, ya q ue no hubo "huelga" de actores", sino por el contrario , quienes levantaron la programación de las denominadas "ficciones" fueron los canales de televisión y las productoras independientes, agrupadas respectivamente en las Cámaras ATA y CA PI T, como ha sido de público conocimiento.
Por estas consideraciones, le pedimos respetuosamente, que conforme el derecho que nos asiste de acuerdo a la doctrina de la Corte Suprema de Justicia, que ha interpretado reiteradamente la aplicación directa del derecho a réplica que fue incorporado a nuestro derecho positivo a través del artículo 14 de la Convención Americana de los Derechos Humanos ( fallo (Ekmekdjian c/ Sofovich, entre otros que le reconocieron incluso, carácter plenamente operativo); se nos conceda un espacio en el Diario Perfil para hacer conocer nuestra posición centrada
exclusivamente en el conflicto gremial a los efectos de rectificar informaciones incorrectas y agraviantes y que los lectores de su prestigioso diario, puedan conocer la visión de la Asociación Argentina de Actores respecto del tema central de discusión entre los actores y los empresarios de la rama televisión.
A la espera de una respuesta positiva, le saludamos atte.-
CARTA DEL COMPAÑERO HÉCTOR GIÓVINE ANTE EL CONFLICTO CON LA TELEVISIÓN
Los días transcurridos-álgidos por cierto- tratando de encontrarle una solución al conflicto con las empresas televisiva, nos obligó a buena parte de los compañeros asociados a expresarnos y eso dejo expuesto otro tema tan o mas delicado que el circustacial de la televisión que, por supuesto, tiene directa incidencia.
Me gustaría trasmitirles a los compañeros de la conducción mi opinión sobre esto que, entiendo, hace a la fortaleza o no de nuestra institución. Si hubiera sido necesario hacer otra asamblea para continuar debatiendo, en este caso, el tema televisión, hubiera expuesto ahí la siguiente opinión. Pero como, por fortuna, pareciera que todo se va encaminando y no se hace necesario otra convocatoria- al menos por ahora-les envío esta reflexión para que quede archivada en algún lugar, en estado de reserva, porque entiendo que lo que quedó expuesto y a la intemperie es muy delicado.
La observación que surge, una vez mas, muy clara, es que hay un bache generacional muy profundo que le ha cortado continuidad a la conciencia societaria de los integrantes de la Asociación. El compañero actor se ha ido, desde hace ya muchos años, descontento de la Asociación porque no fue encontrando en ella la contención que necesita por una gran cantidad de motivos que sería largo de analizar. Y, por lo tanto, los más nuevos fueron creciendo casi en la ignorancia total de la existencia de su Asociación. Al borde de ese bache para atrás-ya lo dijimos alguna vez- para una o dos generaciones, en donde estoy incluido, la Asociación Argentina de Actores era nuestra segunda casa: es más, para algunos era la única. Para el adentro era orgullo y para el afuera era lo respetable.
Desgraciadamente, hoy hay demasiados compañeros, los más jóvenes, que no saben que tienen una casa que les pertenece. Es mas, con motivo de este conflicto muchos compañeros, me parece, pisaron por primera vez este lugar de pertenencia. Bienvenidos. Solo faltaría tomar conciencia de algunas características de nuestra profesión. Ya lo sabemos todos, pero no estaría mal refrescar y ponernos por delante esto que sabemos: los actores somos un producto que se ofrece a través de su imagen, en este caso en un programa de televisión, para que sea comprado por la mayor cantidad de gente posible. Es decir, que se establece un negocio del cual participan muchos sectores que tienen todos su importancia. Por supuesto, unos mas y otros menos, pero todos se necesitan y se retroalimentan.
Maradona para ser Maradona necesita de otros diez para ser definitivamente Maradona. Si no sería un encantador de serpientes solitario que no generaría resultados económicos brillantes como necesitan los dueños de la pelota. Somos un producto como los son los boxeadores, los futbolistas, los cantantes populares, etc., es decir, todos los que generan un gran movimiento de dinero. Pero sería bueno- y esta ocasión es inmejorable para ello- que recordemos que todos esos productos son potencialmente descartables, y por lo tanto pasible de ser cambiados por otros en cualquier momento y bajo cualquier circunstancia.
En nuestro caso, cuando el rating no conforma a los que tienen las riendas de la producción, son rápidamente dejados de lado y reemplazados por otro producto que genera la expectativa de mayor rentabilidad. Para un actor que está encabezando un programa es muy difícil- habiendo logrado una posición expectante después, seguramente, de mucho esfuerzo- tener que verse envuelto en un conflicto que hace peligrar esa posición.
Es probable que sienta como que es injusto; pero sería necesario pensar- y lo digo como un compañero mas que expresa una opinión totalmente rebatible -que la actitud de aceptar casi cualquier condición de trabajo- "total a mí no me importan esos detalles porque mis intereses van por otro lado"- no garantiza la seguridad y continuidad del trabajo de ese actor o de esa actriz. Ninguno de los compañeros aludidos tienen la certeza que mañana van a seguir teniendo la posición que ocupan hoy. Lamentablemente hay demasiados ejemplos, no solamente entre nosotros sino en el mundo entero, que demuestran esto que estamos diciendo.
El cambio de cara y de nombres hace a la esencia de la profesión del actor o de los futbolistas o de los cantantes es decir, que, tal vez, habría que pensar un instante y después decidir a conciencia- y como uno pueda- lamentablemente no como uno quiera- entre ser cambiado mascullando bronca después de haber desabrochado el cinto del pantalón o ser cambiado con varios vendajes sobre el cuerpo pero con alguna luz en los ojos. No es fácil: está la familia, está la vida de por medio. Pero desprenderse la habilla del cinturón- es necesario saberlo- no le garantiza a nadie la amistad, el cariño, el aprecio y la devoción solidaria de los productores de una manera eterna: salvo que sea socio de ellos; si se es nada más que un empleado, muy destacado, pero empleado al fin, tarde o temprano sufrirá, lamentablemente, las consecuencias del descarte. Salvo contadas excepciones es así.
Esta situación de los compañeros con mayor convocatoria frente a un conflicto de esta naturaleza no es nueva. Es histórica. La Asociación Argentina de Actores siempre tuvo que afrontar estas contradicciones y seguirá teniéndolas en el futuro, simplemente porque hace a las características sustanciales de su conformación como gremio. Siempre se llevaron adelante los conflictos en que la Asociación se vio implicada, teniendo que sortear, primero, esta situación. Afortunadamente, en cada época hubo muchos compañeros de posición destacada que fueron decisivos para el triunfo de los reclamos siempre justos- siempre justos- de la Asociación Argentina de Actores, es decir, de nosotros.
Creo -puedo equivocarme- que nunca debemos olvidar en donde estamos ubicados en los distintos momentos de nuestra vida profesional: antes de ser alguien, cuando somos alguien y después. Ocupando cualquiera de estos lugares siempre somos útiles, por supuesto, para nuestro trabajo. Pero somos mucho más útiles siempre, como compañeros componentes de nuestra Entidad que necesita en todo momento de nuestra defensa, justamente para que nos pueda defender, estén los dirigentes que estén.
La posición más difícil para soportar es cuando se es alguien. Las presiones que uno recibe de todos los costados son infinitas y cuesta mucho soportarlas pero, creo, que recordar la etapa anterior cuando éramos poco conocidos e imaginar la posible posterior, cuando como dice Chico Novarro en uno de sus tangos:"cuando te parece, al doblar la esquina, que ya no te junan como ayer las minas", nos puede ser útil para comprender el todo y defender lo que aparentemente no nos toca en ese momento pero que sí afecta a otra gran cantidad de compañeros.
Sería ser generoso y solidario; claro, es un detalle. A veces se puede, a veces no. A veces es imposible. Pero siempre cabe el intentarlo. En muchas oportunidades hasta eso sirve. Los muchos años de vida de la Asociación Argentina de Actores y su importancia se hicieron con los hombros de muchos compañeros que tuvieron actitudes de grandeza en esos tres momentos de sus vidas profesionales, muy especialmente en la segunda.
Sobran los ejemplos de notorios compañeros en su trabajo que fueron más notorios como mujeres y hombres integrantes e íntegros de un todo que era y es la Asociación Argentina de Actores.
Algún o algunos compañeros expresaron la idea de crear una nueva Asociación. No sé si lo llegaron a decir, pero supongo que se referían a formar una Asociación de Actores que trabajan, o de los que comúnmente llamamos "figuras". Lo que no sé, es si se van a considerar todos en un mismo nivel. No sé si cada uno terminará formando un sindicato unipersonal por no considerar al otro de la misma categoría. Es probable que de hecho ya estén funcionando estos bloques personales. Como lo dije en otra oportunidad, digo esto sin estar parado sobre ningún banquito, ni levantando el dedo. Simplemente a ras del piso, codo a codo y como pequeña reflexión frente al problema que nos obligó a expresarnos y darnos a conocer.
*HECTOR GIOVINE*
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