martes, 30 de julio de 2013

QUÉ SIGNIFICA PUBLICAR UNA CARTA EN LA NACIÓN







Estela de Carlotto, titular de Abuelas de Plaza de Mayo, se mostró "dolida" por la dura carta que le dirigió el productor y director teatral Carlos Rivas en la edición de hoy de LA NACION y defendió su apoyo a la reforma de la Justicia, que impulsó Cristina Kirchner.

"Asombrada, pero dolorida a la vez. Qué bueno hubiera sido que toque el timbre de nuestra casa y le habríamos dado las explicaciones, coincidentes o no, que tenemos para hacer estos actos visibles de una política de derechos humanos", afirmó Estela, en una entrevista con Radio Continental.

La presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo criticó al director teatral por haber publicado una carta en este matutino. "Está muy desinformado. Todo esto es producto de una ira que tiene este hombre, no sé qué fantasía habrá tenido, a lo mejor se habrá creído que soy la Virgen María y soy Estela de Carlotto, una luchadora con errores y virtudes, junto a todas las Abuelas que hace 35 años luchamos para que él y sus hijos no sufran nuevamente un atropello y que le roben el día que se le antoje a esta gente que escribe en ese diario dónde el publicó en contra de esta democracia que estamos construyendo entre todos", afirmó.



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Recordemos que el director de LA NACION, Bartolomé Mitre, afirmó en un reortaje en Brasil que en la Argentina no había una democracia sino una dictadura de votos.

Recordemos que el director de LA NACION, Bartolomé Mitre, junto al CEO de Clarín, Héctor Magnetto, están acusados de delitos de Lesa Humanidad por complicidad con la dictadura genocida en la apropiación de la empresa Papel Prensa.


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Clarín, La Nación, La Razón: Papel Prensa y los vínculos con la Dictadura genocida...





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Carlos Rivas escribió un texto, que hizo llegar a LA NACION , donde contó por qué no pudo leer una carta de apoyo a la nueva edición del ciclo Teatro por la Identidad en la sala en la que se presenta una obra que él dirige...






Indignado por un episodio que tuvo lugar días atrás en la sala en la que se representa una obra que él dirige (Love, love, love), el autor, reconocido director y productor teatral, hizo llegar a LA NACION el siguiente texto...
«Nunca fui peronista. Ni creo que lo sea alguna vez. Nunca fui kirchnerista, y tampoco me veo allí en el futuro, si es que esta facción política tuviese algún futuro. No milito ni milité orgánicamente en ninguna organización política. Me sentí más o menos interpretado, a lo largo de casi 40 años, con lo que hoy se da en llamar "centroizquierda", algo parecido a las socialdemocracias. Fui a la Plaza a apoyar a Alfonsín. Fui a apoyar la elección de Cámpora. Fui a la cárcel de Devoto a reclamar la liberación de los presos políticos. Fui a muchos lados. Y también fui a la ESMA en aquel famoso acto de principio de gestión de Néstor Kirchner, apoyando la recuperación para las organizaciones de derechos humanos de esa vergonzosa institución militar que manchará eternamente la historia argentina.

»Me gusta ser argentino, a pesar de las innumerables razones (pobreza y corrupción estructurales, represión, discriminaciones) que la práctica política y social de instituciones varias me han ido dando a lo largo de mi vida, para empujarme a sentir vergüenza más de una vez.

»Pretendo ser un artista y colaborar con mi obra a la construcción de una conciencia comunitaria más solidaria, justa, equitativa y de signo nacional. Desde hace más de 40 años voy de teatro en teatro actuando y dirigiendo obras que me alimenten en la comprensión de la vida humana y sus misterios. No soy político. Pero no soy estúpido, creo. Sé que mis actos públicos (a través del teatro) constituyen un acto, también, de naturaleza político-social. Bienvenido sea, pero esencialmente soy un artista (lo pretendo) del teatro argentino.

»Admiro la lucha de la Madres de Plaza de Mayo en los "años de plomo". Admiro la lucha de las Abuelas y la altísima dignidad con la que buscan a sus nietos. Admiré (y quisiera que ella me permitiera seguir haciéndolo) a la señora Estela de Carlotto, con un énfasis que tuve el honor de transmitirle personalmente pocos meses atrás, cuando tuvo la deferencia de responder a una invitación nuestra y asistir a una función de la obra Love, love, love , que dirijo. Aunque aborrezco las actitudes "cholulas" y huyo de ellas como de la peste, le pedí que me permitiera tomarme una foto a su lado para mostrársela a mi hijo, con orgullo.

»Hace unos días me piden que se lea al público una carta apoyando la nueva edición del ciclo Teatro por la Identidad al finalizar la función de nuestra obra, como es costumbre en todos los teatros de Buenos Aires. Decenas de veces lo hicimos en otros espectáculos y yo mismo, en persona, fui el encargado de leerlo alguna vez. Siempre lo hice muy entusiasmado, como un acto que me obligaba moralmente y a la vez me enaltecía.

»Pero esta vez, con enorme dolor, no pude, Estela. La encrucijada moral en la que usted y su organización me encerraron no me dio alternativa. De ahí el motivo de esto que hoy me siento compelido a expresarle.

»Al llegar al teatro donde se representa nuestra obra con la intención de leer vuestra carta, me encontré en la puerta misma de nuestra sala (dentro del teatro, no en la calle) con un grupo de legítimos adherentes de Abuelas repartiendo al público que se retiraba el periódico oficial de su organización. En la primera plana estaba una gran foto suya junto a la señora Gils Carbó, apoyando la exótica y tendenciosamente bautizada "democratización de la Justicia". Había también otros titulares de primera plana acusando a la Corte Suprema de la Nación de atentar contra actos legítimos de gobierno, por el solo hecho de cumplir con las funciones a las que la Constitución (con la que este gobierno fue elegido) la obliga. En mi barrio no estaba bien visto ir corriendo los arcos en medio de un partido. Imposible para mi conciencia ética ser cómplice de semejante autoritarismo encubierto, contra el que traté de luchar durante toda mi vida. Con la carta de Teatro por la Identidad en la mano, a punto de leerla, me sentí violentado ideológicamente. Víctima de una encerrona fáctica que pretendía obligarme a convertirme en Drácula si la leía o en Frankenstein si no lo hacía.

»Pero aun había agravantes éticos más repugnantes a mi conciencia. Esto ocurría el día en que la presidenta de la República pretendía que se aprobara el pliego del general Milani, mientras una madre de desaparecidos de La Rioja lo acusaba de responsabilidad en la desaparición de su hijo conscripto.

»Todo esto, además, estando en plena campaña electoral.

»¿Cómo no leer al público la carta que apoya el noble objetivo de ayudar a la recuperación de hijos de desaparecidos? ¿Cómo leerla sin estar implícitamente apoyando acciones netamente partidizadas por una organización que (a mi juicio) jamás debió abandonar su misión de reclamar desde ese lugar de dignidad ética, que no es propiedad de ningún gobierno, cualquiera sea su signo político?

»Decidí no leerla: no quiero ser parte obligada de la campaña electoral del gobierno nacional. Y pedí que si alguno de mis compañeros de trabajo en el teatro quisiera hacerlo, aclarase al finalizar que no todos los integrantes de la compañía coincidían con esta acción. Debatimos, y se concluyó que no la leeríamos. Así fue. Por primera vez una compañía en la que yo participo no adhirió a lo que siempre habíamos adherido con el corazón.

»Tristeza, congoja, desazón. Dolor profundo. Angustia. Noche de pesadillas en mi cama.

»Decidí escribir este doloroso texto para explicarme. Decirles a mis amigos, a mi hijo, por qué "traicioné" la noble búsqueda de Estela de Carlotto a pocos días de fotografiarme con ella.

»Ayer vi un cartel de la campaña política del Gobierno: "En la vida hay que elegir". Por debajo del afiche creí ver chorrear el pegamento del autoritarismo.

Elijo la duda. No es pragmática y trata de eludir la soberbia de los necios».




Raro que un tipo ta progresista, dizque de "centroizquierda", publique una carta abierta a las ABUELAS en un diario manchado de sangre.

Raro que un tipo tan admirador de la altísima dignidad de las ABUELAS no quiera colaborar en encontrar los 400 nietos que faltan.




3 comentarios:

  1. Este no admiraba nada a las madres ni a las abuelas, solo se sacó la foto para hacer propaganda, a ver si facturaba más. tiene cara de falso, esta bien ahora que se quede con la nacion y toda la merda q se le antoje, ya quedó sin careta, olvidemoslo para siempre

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  2. se le notan los pelos de gorila debajo de la camisa desde ahora que sus obras las vayan a ver los de la rural y los militares

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cholulos