Marcelo Tinelli, Susana Giménez y Mirtha Legrand: Existen informes impositivos sobre el patrimonio de las estrellas televisivas que propalan ante la opinión pública su catarata de críticas por la inseguridad.
Los informes detallan presuntas maniobras de evasión tributaria atribuidos a varias de las empresas que maneja Marcelo Tinelli, quien se cruzó durante la semana con el dirigente Luis D’Elía y el senador Miguel Pichetto. También advierten sobre gastos en artículos de lujo que habrían deducido de sus impuestos la diva de los teléfonos y la anfitriona de los almuerzos por tevé.
La carpeta más frondosa es la de Tinelli, el más diversificado en sus negocios entre las estrellas movilizadas por la inseguridad. El informe incluye los movimientos de Ideas del Sur –la productora de TV que creó– pero también su actividad como representante de deportistas, productor de espectáculos, conductor y empresario de la música.
Según las fuentes oficiales consultadas, el estudio demostraría que Tinelli emplea a trabajadores en negro y que escondería parte de su patrimonio a la AFIP al subdeclarar el dinero colocado en cada una de sus compañías controladas.
El caso que más llamó la atención de los investigadores es el de Esfinge 21 S.A., una firma con sede en el mismo edificio palermitano que Ideas del Sur, donde la ANSES sólo tiene registrados cinco empleados en relación de dependencia. Ello pese a que su capital social supera los 200 mil pesos y a que su objeto es la “recreación y representación de deportistas”, una actividad habitualmente muy rentable.
Los datos que recabó lA AFIP sobre Tinelli se complementan también con los de su socio y mano derecha, Fabián Scoltore, y los de su ex mujer, quien figura ante el fisco como María Paula Dolly Robles.
Otra de sus compañías bajo sospecha es Match Records, habilitada como discográfica pero sin ningún empleado declarado ante la seguridad social. “Lo más sugerente es que ninguna de sus empresas haya declarado ganancias significativas desde mediados de los 90”, dijeron las fuentes.
A Susana, la evasión que le achacan tiene que ver con sus gastos personales en bienes y servicios de lujo, que habría deducido del impuesto a las Ganancias y habría declarado como necesarios para su actividad como conductora. Idéntico a lo que debió explicar este año ante la Justicia la supermodelo Valeria Mazza y a lo que sospechan que también hizo la “Chiqui” Legrand, dueña del rating de los mediodías con sus almuerzos de famosos en el canal América.
La “Su” admitió en julio pasado haber perdido “mucho dinero con la Bolsa y toda la crisis mundial”. Fue en un reportaje en el que también confesó que sus políticos preferidos son Mauricio Macri y Gabriela Michetti, del PRO, y donde opinó que Cristina “no es tan simpática” y que el Gobierno estaba “muy debilitado”. Poco antes, tras el confuso asesinato de su florista Gustavo Lanzavecchia, había dicho que “el que mata tiene que morir”.
Las revistas del corazón calculan que la fortuna personal de la conductora de Telefe supera los 100 millones de dólares. Y los presuntos ilícitos que se le atribuyen hoy no son los primeros que se le adjudican.
En 1991 estalló el escándalo por el Mercedes Benz que adquirió por 90 mil dólares con descuento impositivo para discapacitados. Fue sobreseída en 1996, tras pagar una fianza.
La Justicia también la procesó por irregularidades con sus concursos telefónicos y la involucró en el escándalo por pedofilia del cura Julio Grassi.
María Laura Anselmi, vocera de Telefe, dijo a este diario que Susana no fue intimada por ningún organismo oficial en los últimos días y que ayer se encontraba fuera del país pero regresaría mañana para encabezar la emisión en vivo de su programa. La jefa de prensa de Ideas del Sur, María Calatayud, también declinó hacer comentarios sobre el caso de Tinelli.
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