El Teatro Nacional Cervantes es, en 2014 nuevamente, la sede para la celebración en Buenos Aires del Día Mundial del Teatro. El acto se realizará a partir de las 20 horas en la Sala María Guerrero, con entrada libre y gratuita. También como es habitual, el festejo que tiene el madrinazgo de China Zorrilla, reunirá a prestigiosos teatristas.
Primero, la Sociedad General de Autores de la Argentina, la Asociación Argentina de Actores, el Teatro Nacional Cervantes y el Centro Argentino del Instituto Internacional del Teatro/Unesco presentarán "Avances del Teatro Argentino y su Actualidad", con una lectura del mensaje nacional a cargo de la dramaturga Patricia Zangaro. En tanto Pepe Soriano (presidente del Centro Argentino del Instituto Internacional del Teatro) leerá el mensaje internacional que este año escribió el dramaturgo y director sudafricano Brett Bailey.
El público será recibido en el foyer del Cervantes por Claudio Gallardou y Tony Lestingi de La Banda de la Risa, y durante la ceremonia tendrá oportunidad de disfrutar una selección de momentos de cuatro espectáculos.
Luego se presentará Tierra del fuego de Mario Diament con dirección de Daniel Marcove y un elenco integrado por Alejandra Darín y Miguel Jordán, junto a Carlo Argento, Ricardo Merkin, Juan Carlos Ricci y Elena Petraglia.
Después, Julia Calvo, Jorge Suárez, Néstor Caniglia y el pianista Diego Vila interpretarán fragmentos de la premiada Manzi, la vida en orsai, dirigida por Gambartes y Vila.
A continuación de la lectura del mensaje internacional se presentarán Para mí sos hermosa de Paula Ransenberg, con dirección de Marcelo Nacci, y Venimos de muy lejos por el Grupo Catalinas al Sur que dirigen Adhemar Bianchi y Stella Giaquinto.
Como cada año, esta celebración en el Teatro Nacional Cervantes será una fiesta con destacados artistas representantes de los distintos rubros teatrales y el público, impulsado por el director, investigador y profesor Francisco Javier, autor de la idea y director del acto. La coordinación técnica es de Carlos Di Pasquo, la coordinación ejecutiva es de Damián Rovner y la producción y presentación están a cargo de la periodista e investigadora teatral Ana Seoane.
«El Día Mundial del Teatro fue creado en 1961 por el Instituto Internacional del Teatro (ITI). Se celebra anualmente el 27 de marzo por los Centros ITI y la comunidad teatral internacional. Varios eventos teatrales nacionales e internacionales son organizados para conmemorar esta ocasión. Uno de los más importantes es la circulación del Mensaje Internacional del Día Mundial del Teatro a través del cual, por invitación del ITI, una figura de talla mundial comparte sus reflexiones sobre el tema del Teatro y una Cultura de Paz. El primer Mensaje Internacional del Día Mundial del Teatro fue escrito por Jean Cocteau (Francia) en 1962.
»Primero fue en Helsinki, y luego en Viena, en el 9º Congreso Mundial del ITI en junio de 1961 que el Presidente Arvi Kivimaa propuso en nombre del Centro Finlandés del Instituto Internacional de Teatro que un Día Mundial del Teatro sea instituido. La propuesta, respaldada por los centros escandinavos, se realizó por aclamación.
»Desde entonces, cada año el 27 de marzo (fecha de la apertura de 1962 del "Teatro de las Naciones" temporada en París), el Día Mundial del Teatro se celebra en muchas y variadas formas por los Centros Nacionales del ITI de los cuales en la actualidad hay casi 100 en todo el mundo.
»Cada año, una figura sobresaliente en el teatro o una persona excepcional en corazón y espíritu de otro campo, es invitada a compartir sus reflexiones sobre el teatro y la armonía internacional. Lo que se conoce como el Mensaje Internacional se traduce en más de 20 idiomas, leído por decenas de miles de espectadores antes de las presentaciones en teatros de todo el mundo e impreso en cientos de diarios. Colegas en el ámbito audiovisual dan una mano fraternal, más de cien estaciones de radio y televisión que transmiten el Mensaje a los oyentes en todos los rincones de los cinco continentes».
2014: Brett Bailey
Donde quiera que haya sociedad humana, el irreprimible Espíritu de la Representación se manifiesta.
Bajo los árboles de pequeñas aldeas y sobre sofisticados escenarios en grandes metrópolis; en salones de actos de colegios y en campos y en templos; en suburbios, en plazas públicas, en centros cívicos y en los subsuelos de las ciudades, la gente se reúne en comunión en torno a los efímeros mundos teatrales que creamos para expresar nuestra complejidad humana, nuestra diversidad, nuestra vulnerabilidad, en carne y hueso, aliento y voz.
Nos reunimos para llorar y para recordar; para reír y contemplar; para aprender, afirmar e imaginar. Para maravillarnos ante la destreza técnica, y para encarnar dioses. Para dejarnos sin respiración ante nuestra capacidad de belleza, compasión y monstruosidad. Vamos para llenarnos de energía y poder. Para celebrar la riqueza de nuestras diferentes culturas, y para hacer desaparecer las barreras que nos dividen.
Donde quiera que haya sociedad humana, el irreprimible Espíritu de la Representación se manifiesta. Nacido de la comunidad, lleva puestas las máscaras y vestimentas de nuestras distintas tradiciones. Utiliza nuestras lenguas, ritmos y gestos, y abre un espacio entre nosotros.
Y nosotros, los artistas que trabajamos con este antiguo espíritu, nos sentimos impulsados a canalizarlo a través de nuestros corazones, nuestras ideas y nuestros cuerpos para revelar nuestras realidades en toda su cotidianeidad y su rutilante misterio.
Pero en esta época en la que tantos millones de personas luchan por sobrevivir, sufren bajo regímenes opresivos y el capitalismo depredador, huyen del conflicto y la escasez; en la que nuestra privacidad es invadida por servicios secretos y nuestras palabras censuradas por gobiernos intrusivos; en la que se aniquilan los bosques, se exterminan especies y se envenenan los océanos: ¿Qué nos sentimos impulsados a revelar?
En este mundo de poder desigual, en el que distintos órdenes hegemónicos intentan convencernos de que una nación, una raza, un género, una preferencia sexual, una religión, una ideología, un marco cultural es superior al resto, ¿se puede realmente defender la idea de que las artes deberían apartarse de las agendas sociales?
Nosotros, los artistas de escenarios y ágoras, ¿nos conformamos con las demandas asépticas del mercado, o utilizamos el poder que tenemos: para abrir un espacio en los corazones y las mentes de la sociedad, para reunir gente a nuestro alrededor, para inspirar, maravillar e informar, y para crear un mundo de esperanza y colaboración sincera?
Mensaje de Brett Bailey
para el Día Mundial del teatro 2014
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