domingo, 7 de noviembre de 2010

ASOMBRADO




Un país lo hacen los corazones de las personas, son almas que se mueven todas juntas y organizan el consenso y el disenso, con expresiones de alegría y de necesidad, es la vida misma.

Se encargan las almas fogosas, como en este caso, de darle formato a la política nueva. Con Kirchner se va lo que se dice el auténtico peronista moderno.

Hoy falta un hombre del cual pendían, -como colaborador de su esposa, como adalid del partido- muchas decisiones políticas importantes, pero también faltará lo que todos intuimos que era el alma mater, la persona que había acomodado los melones en la carreta después del 2001, como fuera. El que apoyaba a su esposa en su gestión de gobierno, te guste o no, lo hayas querido o no.

Como argentino no tengo más en este momento que ponerme a disposición de todo lo bueno, de todo lo útil que se haga, para aportar.

Pero la presidenta deberá contar, indefectiblemente, con el apoyo de todos, por una cuestión práctica: van a salir a relucir los miserables, los codiciosos, los ambiciosos.

Ahí los vamos a ver a todos, porque más allá de los errores y los aciertos, como humano, no podemos negar, como argentinos, que Kirchner dejó todo en la cancha.

Esta vez, esta noticia que fue tan impactante, tal vez haga que apoyemos un modelo (el democrático) en lugar de buscar ventajas,- que iluso soy-.

Que la moderación, que la dan los años de democracia en un país, el respeto, por sobre todas las cosas al ciudadano y a los que elegimos los ciudadanos como nuestros funcionarios y representantes, sea mutuo.

Seamos nosotros los que llevamos adelante esta Argentina que sobrevive a todo. Campeones universales del caos. Me enorgullece el corazón apoyar en vez de destruir, desde mi lugar, y lo que yo te digo a vos me lo digo a mi primero.

No podemos dejar que de nuevo nos vaya mal, no podemos dejar tantas de nuestras riquezas abandonadas.

Ya entendimos que si no hay nadie, no hay nada, y por eso trabajaremos como ejemplo de altruismo y orgullo.

No me importan las banderas: me importa la pérdida de un engranaje que hacía fuerza en contra de algo, cuando las fuerzas se juntan a favor de algunos, dueños de la bicicleta.

La fuerza del piñón-corona, lo que hacía andar una maquinaria política perfectible, como es la política y las cosas que hacemos los hombres.

Es una rarísima sensación de vacío, pero debemos apoyar a la presidenta, porque es así como nos debemos al aparato democrático.

Mas allá del político, es el esposo y primer colaborador de la presidenta, quien, por supuesto, demostrará entereza, firmeza, y nos sorprenderá.

Por favor, subtenauta, tome literalmente mis palabras, todo lo que se dice en momentos como estos debe ser lo más justo que nos den los corazones.

Muchas gracias señor, usted dió todo al servicio público.

Usted trabajó hasta morir, eso me enorgullece, y lo envidio, señor.

De esa manera vale la pena.

Triste y absorto como vos, un abrazo de Casero.



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