viernes, 17 de julio de 2015

“El Diablo no aprieta el gatillo”, de Anísio Homen







Anísio Homen es un escritor brasileiro volcado a la temática de las novelas policiales. Ya cuenta en su haber con la publicación de libros de poemas, una novela satírica, traducciones, pero desde hace algunos años se dedica con intensidad al género policial. En 2014 publico “El Asesino que mutilaba a Leminski” con notable repercusión en su medio, y ahora esta lista la impresión de “El Diablo no aprieta el gatillo”, su segundo trabajo en este género.

Mientras tanto, se encuentra terminando una nueva historia con el mismo personaje de "El Asesino que mutilaba a Leminski”, un periodista jubilado, con dotes de investigador privado, de ascendencia polaca llamado Makoviec.

Anisio Homen vive en Curitiba, Estado de Paraná, y participara en el próximo encuentro literario Buenos Aires Negra (BAN), a finales de este mes de Julio y comienzos de agosto.







Reproducimos a continuación una pequeña entrevista realizada por el periodista
Sonny Martínez...


─¿Por qué la elección de la literatura negra?

─En primer lugar es bueno aclarar que mi afinidad con la literatura policial o negra comienza como lector y admirador de este género. Es una literatura que me interesa hace muchos años y de la cual he leído un gran número de obras. Decidir entonces, escribir algo en este género fue solamente una inmersión más profunda, en un mundo que no me era ajeno. No digo que todo lector de novelas negras tenga por obligación natural pasar a escribir sus propias obras en este rubro. Me ocurrió a mí, no es necesariamente una regla.

─Muchas veces se considera a la literatura policial un género menor. ¿Le parece esto correcto?

─Pienso que no. Hay, evidentemente, buenos y malos libros dentro de este género. Existen enormes evidencias que niegan esta especie de prejuicio, que tal vez sean de índole académicos. Para ustedes Argentinos la novela negra siempre tuvo una cierta importancia literaria, lo que en Brasil no se dio de igual modo, aunque las cosas comienzan a cambiar. Borges y Bioy Casares dirigieron la Edición Séptimo Círculo de la Editorial Emece, que era una colección de novelas policiales clásicas. Ellos no lo hubieran hecho si consideraban esta literatura como de segundo orden. Rodolfo Walsh, también se apropió de la novela policial para montar verdaderos juegos de ajedrez literario. Yo acuerdo con el escritor Cubano Leonardo Padura, que en una entrevista reciente al diario español “El Confidencial” declaro: “ La literatura negra es un género muy generoso. Que otra cosa es la literatura sino una búsqueda, una investigación, un descubrimiento? Se puede hacer eso de muchas formas, por ende, el personaje del detective, el hombre que busca conscientemente develar un misterio, hace que esta búsqueda tenga una mayor coherencia”. Tal vez ayude mucho a romper tabúes en Brasil o el hecho que recientemente fueron descubiertas y editadas 13 novelas policiales escritas por el gran poeta portugués Fernando Pessoa, quien llamaba al detective “descifrador” y adoraba este tipo de literatura. La Editorial Gallimard de Francia incluyo obras de Georges Simenon en su prestigiosa colección Pléyade, por ejemplo.

─¿Y sus novelas negras como son?

─Son de enigmas. No todos los autores policiales eligen esta opción. Mi primer novela del genero policial Negro, “El Hombre que mutilaba a Leminski” es un tipo de literatura policial que tiene una aproximación bastante grande con el modo como el escritor catalán Vázquez Montalbán construyo su detective, Pepe Carvalho, tornándolo en un ser inmerso en la urbanidad de Barcelona. En mi caso el polaco Makoviec, que es mi detective, también bucea su vida en una Ciudad, en este caso Curitiba, conviviendo con sus peculiaridades y sus dilemas. Me gustan mucho el personaje del detective desentrañando una ciudad, eso no es exclusivo de Montalbán, el personaje Maigret, de Simenon, tiene una relación asi también con Paris. Un poco antes de Montalban, otro catalán, Francisco González Ledesma, inventaba al detective Méndez, un hombre que entabla una relación visceral con la antigua Barcelona. Los escritores estadounidenses Raymond Chandler y Dashiell Hammett también hacían algo parecido con la Ciudad de Los Ángeles. Me gusta pensar, por razones afectivas con la poesía y el modernismo, que la figura del flaneur de Baudelaire tiene que ver con esto mismo. Hay muchos lectores de la primera historia del Detective Makoviec que estan esperando y reclamandome una segunda historia. Sobretodo, mucha gente adoró al gato “Copernico”, que es una especie de Garfield en la vida de Makoviec y que es, sin dudas, un elemento encantador de la historia, estoy escribiendo esta segunda historia para editarla en el mes de Agosto.

─Y Esta otra novela, llamada “El Diablo no apreta el gatillo” ¿sigue esa misma fórmula?

─En lo que respecta al enigma, sí, pero en este caso tiene un lenguaje , más próximo al Thriller, con un detective policial llamado Escorel. Es un ejercicio con este tipo de lenguaje narrativo, muy usado por los autores norteamericanos de hoy y, principalmente, por esta camada de escritores nórdicos de novelas policiales, Jo Nesbo, Arnaldur Indridason, Henning Mankell. Me gustó escribirla. Uno desliza varias tramas en forma paralela. Solo tiene que tener mucho cuidado para que los hilos no se te escapen de las manos. Tal vez aparezca una nueva historia que sea apropiada para un detective como Escorel. Vamos a ver. En el segundo semestre de este año quiero hacer otra experiencia narrativa que será con la novela policial histórica. Ya tengo la trama decidida y sucederá en Florianópolis, Ciudad donde nací. Es algo que se conecta con las escaramuzas entre portugueses y españoles por el control territorial de la región sur de Brasil y del Rio de la Plata. Estaré comenzando a escribirla en Agosto, luego de mi visita a Argentina en ocasión de mi participación en Buenos Aires Negra.

─¿cómo fue que descubriste el evento de Buenos Aires Negra?

─En la medida en que decidí escribir y publicar novelas negras, comencé a buscar eventos que congregasen escritores y lectores de este género. Y encontré, primero, La Semana Negra de Gijón, en España, y en esa búsqueda llegue a Buenos Aires Negra (BAN), organizada por Ernesto Mallo. Entonces, por la proximidad de Buenos Aires, y también por la calidad del encuentro, resolví participar este año en Argentina, establecer contactos y saborear algunas buenas charlas y debates. Habrá un escritor brasileño en las mesas de debate, Tabajara Ruas, de Porto Alegre. Además de esto, estar en Buenos Aires, visitar las librerías de la Ciudad, comprar libros, charlar con amigos de acá y disfrutar de la gastronomía, es siempre muy atrayente.

─¿Has pensado en traducir tus novelas negras al Castellano ?

─Sí, lo pienso, como dije antes, existe una larga tradición de lectura de novelas negras en la Argentina, y me parece que en Uruguay también hay un cierto interés y eso me motiva a intentar llegar a esos lectores. Mi Participación en Buenos Aires Negra tiene esa intención exploratoria. En América Latina estamos tan cerca territorialmente y por momentos siento que estamos muy distantes culturalmente. Tenemos que cambiar, y si yo puedo ayudar en ese sentido me sentiría muy satisfecho.








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